Fecha de Lanzamiento: 26 de Septiembre de 2011
Género: Minimal/Electronica
Ya desde hace unos cuantos años se viene escuchando la música de Boratto en los listados de Beatport, con canciones como Azzurra o Beautiful Life, las cuales tienen un sonido upbeat y discotequero. Con el lanzamiento de III, Gui Boratto tuvo un giro hacia un mundo más oscuro que alegre: la descripción perfecta de Brazil meets Germany.
El álbum tiene un ritmo más lento que rápido, sin altos picos de euforia y más bien manteniendo la tensión – como buen ejemplo del género- , logrando ese sonido compacto en general. Galuchat abre magistralmente con ondas profundas al comienzo de lo que podría denominarse el verso del la canción, sólo con la inclusión de un bajo exquisitamente elaborado, un beat simple pero perfectamente producido y sonidos de ambiente recursivos que en la totalidad de la mezcla generan una sensación de calma antes de la tormenta, que revienta en Stems from hell, la cual guarda la misma sensación pero un poco más acelerada. Striker, Drill y Flying Practice marcan un espacio más relajado y un poco menos oscuro que sus antecesoras, pero es en Trap cuando el álbum llega a su pico de más bajo, con sonidos que para algunos remitirán a las canciones más depresivas de Kraftwerk o Depeche Mode. Talking Truss es la canción más discotequera del álbum, un poco más parecido al trabajo previo de Boratto aún sin escaparse de la línea temática del III. Después de este punto, el álbum se torna un poco menos oscuro y cabe destacar la forma tan interesante de cerrar el álbum totalmente por fuera de todo el concepto del álbum: This is not the end con la participación de Luciana Villanova, canción que funciona como un dulce postre después de una cena bastante pesada (en el buen sentido de la palabra).
Sin duda, el III es un álbum para escuchar, sobre todo si se está en modo «voy a salir a una fiesta», ya que prepara la emoción y guarda las explosiones para momentos. Incluso sirve hasta para hacer ejercicio o montar bicicleta. De cualquier forma, Gui Boratto la botó del estadio con este deep minimal, a pesar de las críticas regulares de Pitchfork o NME. Va Sonando!